En un salón colmado con dirigentes oficialistas y opositores,la Presidenta anticipó un nuevo reclamo en la ONU contra el Reino Unido. Firmó la desclasificación del Informe Rattenbach.
No puede ser casualidad que Cristina Fernández de Kirchner haya elegido una frase del más famoso de los británicos para enviarle un mensaje al premier de Gran Bretaña, David Cameron: “Quiero pedirle al primer ministro inglés que le dé una oportunidad a la paz”, citó la Presidenta a John Lennon, en el punto cúlmine de su mensaje sobre la soberanía del archipiélago, en una Casa Rosada y rodeada por políticos oficialistas y opositores, militares y activistas de los derechos humanos, ex combatientes, representantes de la juventud, empresarios y sindicalistas de todas las corrientes que comulgan con el Gobierno, incluyendo una nutrida comitiva moyanista encabezada por el secretario general de la CGT. La jefa de Estado anunció que la Argentina volverá a presentarse ante todas las instancias de la ONU (el Consejo de Seguridad, el Comité de Descolonización y la Asamblea General) para denunciar la militarización del Atlántico Sur y exigirle a Inglaterra que se siente a la mesa de negociación.
“Me siento más que nunca la Presidenta de los 40 millones de argentinos, porque la presencia de tantos sectores revela claramente que estamos ante un hecho de Estado, de política nacional –comenzó CFK cuando los cantos de los grupos de juventud y de ex combatientes, barulleros, se lo permitieron–. Esa política de Estado es la que se lleva adelante y es clave desde 2003, y es de memoria, verdad y justicia. A esos valores les agregaría el de democracia y soberanía. Así le dan el exacto lugar que para nosotros tiene la causa Malvinas”, explicó, para desligar la posición actual de la Argentina del fracaso bélico que llevó adelante en 1982. Para que haya soberanía tiene que haber democracia, explicó la mandataria, por lo tanto “no se puede achacar al pueblo argentino una decisión como lo fue aquel conflicto, para negarse a cumplir lo que ha ordenado Naciones Unidas: sentarse a dialogar”.
Mezcladitos
El Salón de los Patriotas Latinoamericanos de la Casa Rosada estaba repleto, al punto de que buena parte de los invitados tuvo que seguir la ceremonia desde los balcones o en el adyacente Patio de las Palmeras, donde instalaron pantallas especialmente para la ocasión. Abajo, había una mezcla poco habitual. Por caso, mientras esperaban a la Presidenta, en la primera fila dialogaban animadamente el juez de la Corte Suprema Eugenio Zaffaroni con el diputado por Unión Celeste y Blanca Francisco de Narváez (que en ningún momento de la tarde-noche aplaudió). Junto a ellos, alternaban Patricia Bullrich y el macrista Federico Pinedo, el peronista disidente Alfredo Atanasof y los radicales Ricardo Gil Lavedra, Mario Barletta y Juan Carlos Marino.
El senador Aníbal Fernández le mostraba a su par Miguel Angel Pichetto alguna novedad en su celular ante la mirada atenta de Agustín Rossi y el socialista Rubén Giustiniani. Un poco más atrás, el banquero Jorge Brito y empresarios de medios como Daniel Hadad (C5N) o Jorge Prim (Página/12). El titular de la UIA, José de Mendiguren, aparecía rodeado por los dirigentes sindicales Antonio Caló (UOM) y Hugo Yasky, secretario general de la CTA. Luego, los lugares correspondían al círculo del titular de la CGT, Hugo Moyano, en su regreso a la Rosada tras los desencuentros que tuvo con el Gobierno los últimos meses: el dirigente camionero estuvo ladeado por su hijo Facundo (dirigente de la Juventud Sindical) y Omar Plaini (Taxistas). Para la punta quedaron el referente de La Cámpora Eduardo “Wado” de Pedro, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, y el de Obras Públicas, José López. Por la falta de sillas, los sindicalistas Julio Piumato y Omar Viviani y los dirigentes Quito Aragón y Edgardo Depetri improvisaron localidades en los escalones de la tarima para no quedar lejos de CFK.
Informes, denuncias y reivindicaciones
Lo primero que hizo la Presidenta fue, tal como ya había sido anunciado días atrás, firmar la resolución en la que ordena la desclasificación del Informe Rattenbach, una evaluación del rol de las Fuerzas Armadas durante la guerra del ‘82. “No se puede consentir que se impida el conocimiento de la historia, cercenando a la población conocer su pasado reciente”, sentenció la Presidenta. La comisión que deberá evaluar el contenido del informe para asegurarse que su divulgación no perjudicará a la Argentina en el ámbito interno o externo estará conformada por un representante del Ministerio de Defensa, otro de Cancillería y por el coronel Augusto Rattenbach, hijo del general Benjamín Rattenbach, responsable del informe. Otros miembros de su familia observaban desde un lugar de privilegio en el escenario, codo a codo con la flamante embajadora en Londres, Alicia Castro.
En su discurso, la Presidenta advirtió que dio instrucciones al canciller Héctor Timerman para que “denuncie formalmente ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y ante la Asamblea, esta militarización del Atlántico Sur, que implica un grave riesgo para la seguridad internacional”. Más tarde, agregó que también se presentarán, en junio, ante el Comité de Descolonización de ese organismo. “Malvinas es una causa regional y global”, argumentó Fernández de Kirchner y enumeró una serie de motivos:
- “Es un anacronismo en el siglo XXI seguir manteniendo colonias de las cuales quedan sólo 16 casos en el mundo y diez de ellos son de Inglaterra.”
- “Están depredando nuestros recursos naturales, la pesca y petróleo, sin ningún tipo de control, lo que podría terminar en desastre. Además tengamos en cuenta que las batalles que se vienen serán por los recursos naturales y nuestra región es de las más ricas y con mayor potencialidad.”
- “Si algo vamos a preservar, además de los recursos, será la paz. Todo lo que hemos resuelto entre los suramericanos fue con el diálogo y entre nosotros, sin intervención de organismos internacionales. Ellos, en cambio, están militarizando el Atlántico Sur una vez más. No podemos interpretar de ninguna otra manera, por más buena voluntad que pongamos, el envío de un destructor acompañando al heredero real, a quien nos hubiera gustado verlo con ropa civil y no de militar.”
Por último, la mandataria anunció la creación de un Hospital de Salud Mental para los ex combatientes, en donde funcionaba el Instituto Geográfico Militar, donde podrán tratar sus secuelas y problemas de adicción. “Si a Cameron le pedimos paz –concluyó CFK–, a nuestros muertos les decimos hoy: honor y gloria en nombre de todos los argentinos.”
www.pagina12.com.ar
"la comunicación bloguera K es más plebeya, más horizontal y, en condiciones distintas, más peronista. No está dirigida a los intelectuales y políticos que leen la prensa escrita tradicional y escriben para ella. Tienen un objetivo social disperso, extendido, como un haz que se amplía en círculo y gira ilunminando zonas hasta hace poco inertes o desatendidas" (Bety Sarlo)
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miércoles, 8 de febrero de 2012
LAS MALVINAS SON ARGENTINAS
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sábado, 28 de enero de 2012
“La sintonía fina significa que se terminaron las avivadas”
La Presidenta negó un ajuste y advirtió: "Se acabó la avivada" (www.lanacion.com.ar)
DISCURSO COMPLETO: http://www.youtube.com/watch?v=YavHx5NQEBY&feature=youtu.be
En 43 minutos, un poco de todo:
Conflicto por las islas Malvinas.
La desocupación.
El reclamo de los sindicatos.
La polémica con las petroleras.
Los medios.
El papel de Guillermo Moreno.
La oposición.
La juventud kirchnerista.
Baja de subsidios.
Amado Boudou.
La operación de tiroides.
La obra pública.
Néstor Kirchner.
El FMI.
En voz alta
"Escuché que nos trataban de colonialistas a los argentinos. Uno siempre tiene la tentación de contestar, pero hay que evitarlo"
"Si me pongo un pañuelo, mañana Clarín dice: 'Esta no se operó'"
"Voy a utilizar todas las herramientas de la Constitución para defender los intereses de los 40 millones de los argentinos"
"Por primera vez hemos perforado el piso del 7% de desocupación"
"Si las petroleras hubieran mantenido o aumentado la producción, no hubiéramos tenido que importar combustibles por 9396 millones de dólares, un 110 por ciento más que 2010"
"Quiero agradecerles a todos los que se preocuparon por mi salud, que rezaron, que hicieron el aguante"
"La estética me puede; pero dije, la política antes de la estética"
"Cuando me dijeron que no habían encontrado células cancerígenas me puse a llorar y me abracé a una foto de Néstor"
La presidenta Cristina Kirchner retomó ayer formalmente el mando después de 20 días de licencia médica y lo hizo con una fuerte advertencia. Sostuvo que para mantener el crecimiento de la economía usará todos los instrumentos legales que le confiere la Constitución, y cargó contra las empresas petroleras, a las que el Gobierno había acusado de aplicar sobreprecios al gasoil.
"Algunos quieren identificar sintonía fina con ajuste", pero lo que "se acabó es la avivada", lanzó en una de sus frases más encendidas, durante su discurso de 43 minutos en una Casa Rosada atestada de invitados.
"El subsuelo es de los argentinos. Es bueno que se notifiquen y que reinviertan en el país", les exigió la Presidenta a las petroleras , y reivindicó la denuncia contra Repsol YPF, Shell, Esso, Oil y Petrobras, que presentó su gobierno ante la Comisión de Defensa de la Competencia por supuesta cartelización.
La Presidenta dijo que mantendrá su nueva política de reducción de subsidios: "Necesitamos que vayan a quienes los necesiten". Anunció, además, el dato de desempleo del último trimestre, medido por el Indec, que fue del 6,7%. Además, lanzó críticas contra actitudes de los gremios, en lo que se interpretó como alusiones al líder cegetista, Hugo Moyano, y elogió al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.
Cristina Kirchner reapareció después de la operación de tiroides a la que fue sometida el 4 de este mes con un diagnóstico de carcinoma papilar. Luego de la intervención en el Hospital Austral, el diagnóstico fue modificado al comprobarse que no había células cancerígenas.
Se mostró relajada y sonriente, y contó que a pesar de que la estética la puede, había decidido mostrar la cicatriz de seis centímetros que tenía en el cuello para que no dijeran que no se había operado. Apuntó específicamente contra el diario Clarín. "Antes que la estética está la política", sostuvo, para deleite de la platea, que aplaudió cada frase presidencial.
En sus palabras, hubo advertencias tanto para el sector empresarial como para el sindical. "Tienen que darse cuenta, empresarios y dirigentes sindicales, que estas cosas terminan impactando en todos", afirmó sobre las "avivadas" y hasta se permitió una chicana hacia los gremios cuando se preguntó retóricamente por qué "los sectores del trabajo" no había defendido la denuncia contra las petroleras.
"Me llamó la atención que se pagara el doble el gasoil y que del sector del trabajo no se dijera nada", indicó, en medio de su creciente enfrentamiento con el secretario general de la CGT, Hugo Moyano, ausente del acto como toda la cúpula de la central obrera. El único representante del sector gremial fue José Luis Lingieri, de Obras Sanitarias.
.El secretario de Comercio, Guillermo Moreno, se llevó ayer un fuerte respaldo y elogios de la Presidenta. "¿Dónde está Moreno? Un príncipe usted", lo destacó para remarcar que el gobierno italiano había allanado la agencia de calificación Fitch y que el funcionario argentino todavía no se había animado a tanto. El, sentado en la primera fila, pero en el extremo derecho, casi oculto, sonrió, satisfecho. También reiteró el gesto con el director de la Administración Federal de Ingresos Públicos, Ricardo Echegaray.
Cristina Kirchner apeló a un discurso estudiado. Lo estructuró desde lo que para ella era el "reino del revés". Dijo que durante su licencia había visto las cosas con la "equidistancia" que la vorágine de la gestión no le permitía.
"Si las empresas petroleras en nuestro país hubieran aumentado su producción esto hubiera sido mucho mejor", reclamó la Presidenta sobre el incremento de la importación de los combustibles, una de las áreas en las que la Casa Rosada apunta a reducir los costos en su plan de disminuir los cuantiosos subsidios a la energía.
"Voy a usar todos los instrumentos que las leyes y la Constitución me permiten", azuzó.
Uno de los momentos más aplaudidos fue cuando le contestó al primer ministro inglés, David Cameron, por su acusación de que la Argentina era un país colonialista. "Cuando se dicen esas cosas es porque no tiene razones ni argumentos", apuntó. Fue entonces cuando anunció que eliminará el secreto de Estado sobre el informe Rattenbach, la investigación hecha por el Ejército durante el tramo final de la dictadura sobre las acciones en las islas Malvinas durante la guerra de 1982.
"La historia demuestra claramente que aquello no fue una decisión del pueblo argentino, sino una decisión de una junta [por la junta militar encabezada por Leopoldo Galtieri] desesperada por tapar una realidad que había sido destapada por un grupo de mujeres de pañuelo blanco que buscaban a sus hijos y sus nietos", expresó.
Cameron
La Presidenta reiteró que mantendrá su reclamo de sentarse a dialogar y que instará a sumar apoyos por el camino de la diplomacia. Descartó tomar cualquier otra medida, como podría ser prohibir los vuelos a las islas. Además, enumeró a la gran cantidad de empresas de origen británico que operan en el país. "El primer ministro [por Cameron] debería tener una charlita con los CEO de esas empresas para que le cuenten", aconsejó.
Cristina Kirchner se quejó de que no había escuchado a ninguna organización ambientalista reclamar por lo que consideró "depredación del petróleo y la pesca", en lo que se interpretó, de paso, como un aval al gobernador riojano, Luis Beder Herrera, por la explotación minera en pleno conflicto por el cerro Famatina.
"No esperen gritos destemplados ni gestos xenófobos", agregó sobre la cuestión Malvinas, y aclaró que su gobierno no reclamaba que los actuales habitantes de las islas dejen de ser ingleses. La tensión con Gran Bretaña creció en las últimas semanas, cuando falta poco más de dos meses para el 30 aniversario del desembarco argentino en las islas y el comienzo de la guerra.
Hacia el final también tuvo un párrafo para el vicepresidente Amado Boudou y se mofó de quienes "decían que no le íbamos a dejar hacer nada, que no le íbamos a dejar firmar decretos, que (Carlos) Zannini le iba a cerrar la puerta. Pero lo trataron divino", bromeó. Y contó que en el interinato, el ex ministro de Economía había podido firmar 154 decretos.
DISCURSO COMPLETO: http://www.youtube.com/watch?v=YavHx5NQEBY&feature=youtu.be
En 43 minutos, un poco de todo:
Conflicto por las islas Malvinas.
La desocupación.
El reclamo de los sindicatos.
La polémica con las petroleras.
Los medios.
El papel de Guillermo Moreno.
La oposición.
La juventud kirchnerista.
Baja de subsidios.
Amado Boudou.
La operación de tiroides.
La obra pública.
Néstor Kirchner.
El FMI.
En voz alta
"Escuché que nos trataban de colonialistas a los argentinos. Uno siempre tiene la tentación de contestar, pero hay que evitarlo"
"Si me pongo un pañuelo, mañana Clarín dice: 'Esta no se operó'"
"Voy a utilizar todas las herramientas de la Constitución para defender los intereses de los 40 millones de los argentinos"
"Por primera vez hemos perforado el piso del 7% de desocupación"
"Si las petroleras hubieran mantenido o aumentado la producción, no hubiéramos tenido que importar combustibles por 9396 millones de dólares, un 110 por ciento más que 2010"
"Quiero agradecerles a todos los que se preocuparon por mi salud, que rezaron, que hicieron el aguante"
"La estética me puede; pero dije, la política antes de la estética"
"Cuando me dijeron que no habían encontrado células cancerígenas me puse a llorar y me abracé a una foto de Néstor"
La presidenta Cristina Kirchner retomó ayer formalmente el mando después de 20 días de licencia médica y lo hizo con una fuerte advertencia. Sostuvo que para mantener el crecimiento de la economía usará todos los instrumentos legales que le confiere la Constitución, y cargó contra las empresas petroleras, a las que el Gobierno había acusado de aplicar sobreprecios al gasoil.
"Algunos quieren identificar sintonía fina con ajuste", pero lo que "se acabó es la avivada", lanzó en una de sus frases más encendidas, durante su discurso de 43 minutos en una Casa Rosada atestada de invitados.
"El subsuelo es de los argentinos. Es bueno que se notifiquen y que reinviertan en el país", les exigió la Presidenta a las petroleras , y reivindicó la denuncia contra Repsol YPF, Shell, Esso, Oil y Petrobras, que presentó su gobierno ante la Comisión de Defensa de la Competencia por supuesta cartelización.
La Presidenta dijo que mantendrá su nueva política de reducción de subsidios: "Necesitamos que vayan a quienes los necesiten". Anunció, además, el dato de desempleo del último trimestre, medido por el Indec, que fue del 6,7%. Además, lanzó críticas contra actitudes de los gremios, en lo que se interpretó como alusiones al líder cegetista, Hugo Moyano, y elogió al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.
Cristina Kirchner reapareció después de la operación de tiroides a la que fue sometida el 4 de este mes con un diagnóstico de carcinoma papilar. Luego de la intervención en el Hospital Austral, el diagnóstico fue modificado al comprobarse que no había células cancerígenas.
Se mostró relajada y sonriente, y contó que a pesar de que la estética la puede, había decidido mostrar la cicatriz de seis centímetros que tenía en el cuello para que no dijeran que no se había operado. Apuntó específicamente contra el diario Clarín. "Antes que la estética está la política", sostuvo, para deleite de la platea, que aplaudió cada frase presidencial.
En sus palabras, hubo advertencias tanto para el sector empresarial como para el sindical. "Tienen que darse cuenta, empresarios y dirigentes sindicales, que estas cosas terminan impactando en todos", afirmó sobre las "avivadas" y hasta se permitió una chicana hacia los gremios cuando se preguntó retóricamente por qué "los sectores del trabajo" no había defendido la denuncia contra las petroleras.
"Me llamó la atención que se pagara el doble el gasoil y que del sector del trabajo no se dijera nada", indicó, en medio de su creciente enfrentamiento con el secretario general de la CGT, Hugo Moyano, ausente del acto como toda la cúpula de la central obrera. El único representante del sector gremial fue José Luis Lingieri, de Obras Sanitarias.
.El secretario de Comercio, Guillermo Moreno, se llevó ayer un fuerte respaldo y elogios de la Presidenta. "¿Dónde está Moreno? Un príncipe usted", lo destacó para remarcar que el gobierno italiano había allanado la agencia de calificación Fitch y que el funcionario argentino todavía no se había animado a tanto. El, sentado en la primera fila, pero en el extremo derecho, casi oculto, sonrió, satisfecho. También reiteró el gesto con el director de la Administración Federal de Ingresos Públicos, Ricardo Echegaray.
Cristina Kirchner apeló a un discurso estudiado. Lo estructuró desde lo que para ella era el "reino del revés". Dijo que durante su licencia había visto las cosas con la "equidistancia" que la vorágine de la gestión no le permitía.
"Si las empresas petroleras en nuestro país hubieran aumentado su producción esto hubiera sido mucho mejor", reclamó la Presidenta sobre el incremento de la importación de los combustibles, una de las áreas en las que la Casa Rosada apunta a reducir los costos en su plan de disminuir los cuantiosos subsidios a la energía.
"Voy a usar todos los instrumentos que las leyes y la Constitución me permiten", azuzó.
Uno de los momentos más aplaudidos fue cuando le contestó al primer ministro inglés, David Cameron, por su acusación de que la Argentina era un país colonialista. "Cuando se dicen esas cosas es porque no tiene razones ni argumentos", apuntó. Fue entonces cuando anunció que eliminará el secreto de Estado sobre el informe Rattenbach, la investigación hecha por el Ejército durante el tramo final de la dictadura sobre las acciones en las islas Malvinas durante la guerra de 1982.
"La historia demuestra claramente que aquello no fue una decisión del pueblo argentino, sino una decisión de una junta [por la junta militar encabezada por Leopoldo Galtieri] desesperada por tapar una realidad que había sido destapada por un grupo de mujeres de pañuelo blanco que buscaban a sus hijos y sus nietos", expresó.
Cameron
La Presidenta reiteró que mantendrá su reclamo de sentarse a dialogar y que instará a sumar apoyos por el camino de la diplomacia. Descartó tomar cualquier otra medida, como podría ser prohibir los vuelos a las islas. Además, enumeró a la gran cantidad de empresas de origen británico que operan en el país. "El primer ministro [por Cameron] debería tener una charlita con los CEO de esas empresas para que le cuenten", aconsejó.
Cristina Kirchner se quejó de que no había escuchado a ninguna organización ambientalista reclamar por lo que consideró "depredación del petróleo y la pesca", en lo que se interpretó, de paso, como un aval al gobernador riojano, Luis Beder Herrera, por la explotación minera en pleno conflicto por el cerro Famatina.
"No esperen gritos destemplados ni gestos xenófobos", agregó sobre la cuestión Malvinas, y aclaró que su gobierno no reclamaba que los actuales habitantes de las islas dejen de ser ingleses. La tensión con Gran Bretaña creció en las últimas semanas, cuando falta poco más de dos meses para el 30 aniversario del desembarco argentino en las islas y el comienzo de la guerra.
Hacia el final también tuvo un párrafo para el vicepresidente Amado Boudou y se mofó de quienes "decían que no le íbamos a dejar hacer nada, que no le íbamos a dejar firmar decretos, que (Carlos) Zannini le iba a cerrar la puerta. Pero lo trataron divino", bromeó. Y contó que en el interinato, el ex ministro de Economía había podido firmar 154 decretos.
lunes, 16 de enero de 2012
Britain is asleep over Argentina and the Falklands
South America is growing in strength and increasingly united. Britain must wake up to this new reality
In British diplomatic circles, no one dares to even discuss the future of the Falkland Islands. As far as they are concerned, the issue is settled. There is nothing to talk about, still less to negotiate. And this policy is unlikely to change following the news that the South American trading bloc, Mercosur – which includes not only Argentina but Brazil, Paraguay and Uruguay – has agreed to close its ports to all ships flying the Falklands flag.
To reinforce British diplomats' wilful blindness, the Foreign Office has closed half a dozen embassies in Latin America in recent years, to minimise the danger of receiving subversive opinions from foreign capitals. All part of Britain's national decline.
Given that Argentina and Britain both have a good claim to the islands, common sense would suggest that the two countries should meet to negotiate a solution, and that is exactly what Argentina's president, Cristina Fernández de Kirchner, has often suggested. She has not been "ratcheting up the pressure", still less has she been preparing the Argentinian military for an attack. She is merely reiterating a longstanding policy, one that is ensconced permanently in the country's constitution.
Argentina has had a democratic government for nearly 30 years, and the military are wholly discredited as a result of their participation in the "dirty war" of the 1970s as well as for their fruitless assault on the islands in 1982. They are confined to barracks and have neither the funds nor the weapons nor the inclination to seize the islands.
What has changed in recent years is the political climate in Latin America. New governments have appeared across the continent with a progressive and nationalist agenda. They do not always see eye to eye with each other, their views on economic policy may differ, but they are united in believing their continent should organise itself for the benefit of its own peoples without outside interference.
This is an age-old aspiration, dating back to the 19th century, but in recent years new organisations have been created to give this idea coherence. Some deal with the mundane operations of banking and energy, others have more ambitious political plans, notably the recently established Community of Latin American and Caribbean States. All give voice to the desire to go their own way, without the controlling hand of the US – or indeed of Britain, America's close ally.
Sources of oil under the South Atlantic seas are now, of course, part of the equation, and if oil is found in commercial quantities it will be difficult for any company to exploit it without the assistance and co-operation of the Argentinian mainland. In such an event the Foreign Office will be obliged to awake from its long, self-imposed slumber.
The UK complained about Mercosur's action this week, but President José Mujica of Uruguay replied swiftly "we hold nothing against the UK, but we have a lot in favour of Argentina".
Traditionally the Foreign Office tells reporters, sotto voce, that the governments of Latin America (and, importantly, these alliances now include Caribbean countries with historical ties to Britain) speak with forked tongues and do not really support the Argentinian claim to the Falklands.
Yet the truth is that the background music has changed. The countries of Latin America no longer look to Europe and the US for support and advice. They have grown to like doing their own thing. This week Argentina's claim to the Falklands has been powerfully reinforced.
SOURCE: http://www.guardian.co.uk/commentisfree/2011/dec/22/britain-asleep-over-falkland-islands
domingo, 15 de enero de 2012
MALVINAS: la solución civilizada.
A continuación ofrecemos un reflexión sobre el futuro de la soberanía de las islas. La intensidad del reclamo argentino, junto con el apoyo latinoamericano, así como importantes naciones (Ej: China), y organismos internacionales (Ej: OEA), no solo han causado una fuerte repercusión, sino han abierto debates sobre qué y cómo tratar el tema. Ante la negativa autoritaria del Reino Unido, Simón Winchester, nos ofrece una sana lección histórica sobre cómo tratar el tema desde la visión inglesa. Se trata de un artículo publicado en “The Times”, de Londres, traducido aquí para el Pueblo Argentino. Winchester es un periodista británico-estadounidense que reside en Nueva York y en una granja en Massachusetts. Cubrió el escándalo de Watergate, que concluyó con la renuncia del presidente Richard Nixon, y es autor de una docena de libros. POLIKARPO.
Un problema en Malvinas, una solución civilizada
Deberíamos repetir el éxito de la entrega de Hong Kong y prepararnos para darle las islas a Argentina.
El problema de las Malvinas -uno de los dos problemas postcoloniales verdaderamente contenciosos que le quedan a Gran Bretaña, Gibraltar es el otro- se está intensificando otra vez, y de manera siniestra. Se están convocando embajadores, se están haciendo declaraciones en las asambleas nacionales, se están dando discursos belicosos, se están desempolvando viejos planes de invasión y se están reconsiderando reacciones de defensa navales a larga distancia; y todo ello con un cansado suspiro de exasperación y lamentos de "¿cómo se llegó a todo esto otra vez?".
El petróleo es una respuesta, el pescado es otra, así como el orgullo nacional, considerado oficialmente "en riesgo" otra vez, tanto en Londres como en Buenos Aires. Los principios políticos soberanos (la autodeterminación de los isleños, de manera notable) se desafían. Los modos de vida de la isla largamente venerados (scones a la hora del té, conducir por la izquierda, recolectar algas marinas, hablar en inglés) están en la cola.
Si el tiempo se acelera, podríamos ver hablar de 1982 otra vez. Lo que es actualmente un problema podría convertirse luego en una crisis. Después de un intervalo de treinta años, sale a la palestra el pensamiento de que el tesoro difícilmente permitido podría gastarse bien otra vez y la valiosa sangre derramarse una vez más para hacer frente a un problema que Jorge Luis Borges ridiculizó como "dos hombres calvos luchando por un peine" durante el último enfrentamiento desordenado entre Argentina y Gran Bretaña.Tenía razón entonces y sería correcto si alguien lo dijera otra vez. Otra guerra sería inútil. Seguramente haría que la última haya sido casi totalmente inútil. Y si los británicos nos molestamos en pelearla con nuestras fuerzas considerablemente disminuidas, probablemente perderíamos. Esas son las crudas realidades que deben considerarse en Whitehall. Seguro lo piensa, en los polvorientos rincones del departamento de Estado, un gobierno estadounidense que ha señalado que de ninguna manera vendría esta vez en nuestra ayuda, ni abierta ni secretamente. No deberíamos ser tan necios ni miopes como para intentar resolver este problema una vez más con pistolas. Sin embargo, es un problema que podría resolverse, y en su totalidad, con diplomacia y sentido común. Podría y debería resolverse, en particular porque es bastante absurdo que nuestra relación con un país latinoamericano importante sea tan incómoda por esquivar un problema tan mezquinamente. Hay al menos dos precedentes para guiarnos, y uno de ellos involucra a una nación que la mayoría de los británicos consideraría tan poco fiabl e como hemos considerado siempre a Argentina.Este precedente involucra a China. Este es un país que tiene un registro de derechos humanos miles de veces más espantoso que el de Argentina -y aún nosotros los británicos hemos confiado implícitamente desde 1997 que los chinos, según lo acordado, cuidarían y quedarían bien con seis millones de ex ciudadanos británicos de nuestra antigua colonia en Hong Kong. La garantía que les obligamos a firmar (entendiendo que "obligar" es cómo Whitehall elige a ver las cosas) sostenía que, durante 50 años después de la entrega del 30 de junio de 1997, se preservaría el modo de vida de la población local (té oolong en el Salón Clipper, revistas porno con papel pegajoso aplicado en las partes picantes, concesionarios de Rolls Royce en cada esquina, zapatos blancos sólo en el Club de recreación de damas, una escala fija de remuneración para las criadas de Filipinas).Fácilmente se concedió la soberanía china sobre el territorio (no podría haber ninguna otra discusión sobre ello, realmente, ya que China era propietaria del suministro de agua y tenía un ejército diez veces más grande que el nuestro) pero el estilo de vida colonial se podría conservar. Y debe admitirse que, a pesar de disparar a presos y encarcelar a Ai Weiwei y de excluir a su gente de Facebook y Twitter, China más o menos ha cumplido su promesa con nosotros y con Hong Kong. Un país, dos sistemas: esta idea que suena radical y que avanzó a fines de los 80 ha funcionado desde entonces, y de forma casi impecable. El precedente Nº 2 es, sin embargo, el más interesante y posiblemente el más relevante. Se trata de un archipiélago disperso en el norte del mar Báltico, las Islas Aland. Está situado casi exactamente a mitad de camino entre los acantilados ahogados por el mar de Finlandia y de Suecia; gracias a los dramas geopolíticos excesivamente complejos del Báltico (que involucran principalmente la hegemonía rusa y las guerras con Francia) se encontró poblado, después de la Gran Guerra, casi en su totalidad por suecos y aún en la Crisis de Aland en 1921, reclamado por Suecia y Finlandia .La Liga de Naciones fue presionada para que realizara su primer servicio de arbitraje, causando fascinación en todo el mundo y una inmensa conmoción internacional. Incluso Japón intervino, argumentando en favor de Finlandia (principalmente para asegurarse el voto de Finlandia si Japón presentara sus propios reclamos por varias islas que quería Corea) que, desde que las Alands fueron geológicamente conectadas a Finlandia y separadas de Suecia por un foso de mar profundo, se deberían considerar finlandesas. Lo cual es lo que la Liga finalmente votó. Se determinó que la bandera finlandesa podría ondear por la capital, pero que se aplicarían las costumbres y leyes de Suecia (incluyendo el idioma del Gobierno y de la educación ofrecida a los niños) a las personas de Aland. Al principio, los suecos se veían molestos por perder la soberanía; pero desde los años 90, todos en las islas han prosperado y la crisis hace tiempo se ha olvidado.
Sospecho que la próxima crisis de las Malvinas de 2012 se olvidaría también si pronto se pudiera llegar a un acuerdo similar entre Londres y Buenos Aires. No hay necesidad de arbitraje de la ONU ni de nadie: Gran Bretaña y Argentina podrían llegar rápidamente a un acuerdo por sí mismos, si todos se comportaran de forma madura y de buena fe. En esencia, el acuerdo sería similar a aquél del mar Báltico, con sólo un toque del acuerdo de 1997 para Hong Kong. La soberanía de las Islas Malvinas sería entregada, fundamentalmente, a Argentina. A cambio, ellos darían una garantía firme, inequívoca y respaldada internacionalmente de que se preservaría en las islas el modo de vida británico, digamos, durante el próximo siglo. Si a alguien realmente le importara, todos los nombres locales (Puerto Stanley, Goose Green) quedarían, aunque Gran Bretaña podría y debería permitir a las islas a ser llamadas Las Malvinas (lo cual, en cualquier caso, es un vestigio del colonialismo francés, los colonos originales procedentes de St. Malo).Y, por lo que respecta al petróleo y el pescado -los asuntos que realmente preocupan a las tres partes- se podría convenir una solución negociada. Tal vez cada uno (Londres, Buenos Aires y Puerto Stanley) recibiría un tercio de los ingresos, y las proporciones cambiarían a medida que van pasando los años. Los problemas pueden comenzar en esos detalles financieros: las conversaciones podrían tardar años. Pero hablar es mucho mejor que pelear. Siempre y cuando el principio básico -el de intercambiar soberanía por garantías, permitir que una bandera argentina azul ondee sobre la casa de Gobierno de Stanley, sólo mientras un taxi de la isla pueda transitar por Tatcher Drive por la mano izquierda- se acuerde desde el principio. Entonces, algún sentido podrá volver al Atlántico Sur, y podrá evitarse el miedo a esta situación extraña e innecesaria que se dispara nuevamente fuera de control, de una vez por todas.
SOURCE: http://indecquetrabaja.blogspot.com/
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