Hoy inauguramos, modestamente, una línea de reflexión
ligada al pensamiento del filosofo esloveno, actualmente de moda en el mundo,
Slavoj Žižek. No lo hacemos
justamente porque su lectura denote actualidad y sofisticación, sino porque
creemos sintetiza teorías sumamente complejas (Lacan, Hegel, etc.) al estudiar
la “Ideología” en las sociedades actuales (o posmodernas según quien lea).
Toda interpretación
de textos es arbitraria, pero aquí incluso tenemos una ventaja: explicitamos
nuestra ideología política. Claro que no sabemos si Žižek estaría de acuerdo
con nuestra interpretación, seguramente no, pero la riqueza de un ejercicio
modesto, que no pretende ser académico en lo más mínimo, como este, radica en
la posibilidades explicativas que abre. Y por otra parte en el convencimiento
personal de que en América Latina el problema de la ideología no pasa por su
institucionalidad estatal, sino por su sociedad civil, por el llamado sentido
común. De ahí entonces que nos permitamos tomar algunos conceptos que nos
pueden ser útiles a la hora de describir el funcionamiento de nociones y
prácticas (praxis) del sentido común en América Latina y en la Argentina en
particular.
Por eso hoy,
cortito y al pie, proponemos la siguiente reflexión: aún pese a todo lo que ha
hecho este Proyecto Nacional no son pocos los que cuestionan su alcance
transformador, e incluso lo impugnan. Aparecen quienes niegan sus avances, y en
menor medida quienes afirman su homologación con el menemismo, y por suerte
pocos, que afirman una suerte de relación con la dictadura. No tiene ningún
sentido responder las dos últimas acusaciones porque son tonterías de grupos
sociales de poco y nulo alcance social. Sin embargo la primera es
particularmente interesante porque pese a todos los logros económicos, sociales
y políticos se sigue negando el carácter transformador de esa gestión de lo
público que ha permitido estos resultados. Tampoco se trata claro está, de
negar defectos, sino todo lo contrario, asumiendo un Proyecto Político con sus
limitaciones, errores y contradicciones, así como sus deudas sociales
persistentes, es como se construye una militancia verdadera y comprometida. Sin
duda falta mucho todavía, y el camino transitado no está exento de cuestiones
criticables, pero creemos con firmeza que este es el camino, que tenemos patria
gracias a este Proyecto de País… de allí entonces que nos preguntemos cómo y
por qué el “deseo” de ciertos sectores de nuestra sociedad no puede realizarse
en este Proyecto Político, aún cuando la base material sea objetivamente
favorable a dicho viraje, la persistencia anti-k permanece impasible.
Aquí el aporte
de Žižek: Problema de la realización del deseo.
“(…) Cuando
encontramos en la realidad un objeto que tiene todas las propiedades del objeto
fantaseado del deseo, necesariamente quedamos a pesar de todo algo
decepcionados; tenemos la vivencia de un cierto «esto no es»; llega a ser
evidente que el objeto real finalmente encontrado no es la referencia del deseo
aun cuando posea todas las propiedades requeridas…” (Žižek, 2003, Pág. 131)
Con esto
afirmamos y sentamos nuestra principal tesis no es un problema económico, es un
problema ideológico, el de ciertos sectores de la sociedad civil con respecto al
gobierno nacional. Iremos profundizando de la mano de este autor y otros sobre
algunos elementos de la crítica a la ideología. Entendida esta última como: la
búsqueda del elemento ideológico que impide su propio cierre, es decir dentro
de ese edificio aquello que es su imposibilidad (Žižek, 2003).
POLIKARPO.
Žižek, S.
(2003) El Sublime Objeto de la Ideología, Editorial Siglo XXI, Buenos Aires.
Mirá... Es una propuesta de ángulo de observación para con los fenómenos actuales bastante interesante, aunque en lo personal, que soy yo uno de esos "desencantados", me resulta irónica porque precisamente me niego a aceptar que éste objeto (éste gobierno) tenga tantas similitudes con aquél objeto (aquél gobierno) deseado. En el mejor de los casos, es una siniestra mímica, como Bizarro lo es de Superman en el universo ficticio de dicho personaje.
ResponderEliminarSi, éste gobierno tiene grandes cosas. De eso no nos cabe ninguna duda. Ha ido lejos. Ha buscado la igualdad, la justicia social, y el bienestar de la gente. Pero ha sido selectivo, otorgando su gracia a algunos, e ignorando a otros de forma intencionada.
Hoy por hoy, por ejemplo, hay comedores del grupo "Barrios de Pie" que anteriormente contaban con la asistencia estatal, y ahora ya no la poseen. No es de extrañar que los comedores escolares se llenen de nuevo, lo mismo que las escuelas, coincidencia que no sé si denominarla tal.
Otro ejemplo más de lo sombrío de éste gobierno es su interés por el transporte público, de la mano con, por un lado, el silencio y la inacción sobre el caso de Once. Caso sobre el cual el Gobierno Nacional se demoró en pronunciarse, y no parece estar interesado en ayudar a investigar. Y por otro lado, lo llamativo de que otros servicios de transporte público, inaugurados por ésta presidencia, misteriosamente dejaron de funcionar, y nadie habla sobre ello (el tren a La Pampa, el "Binacional" Argentina-Uruguay...).
Es llamativo también que la forma que tiene el Gobierno de "recuperar la industria" es cerrando las importanciones, en vez de empezar haciendo lo que recién ahora hace: poner una carga impositiva a artículos que se fabrican en Argentina.
Y también es llamativo el denominar "fabricación" al "ensamble", sumando así más industria de aquella que realmente hay. No vamos a negar que la industria se recuperó, y de que hay más puestos de trabajo que antes. Pero las cosas tienen menos dorado que aquél con el cual se dibujan.
De la mano con eso, sería mucho más sencillo para el Gobierno el repetir el "caso yankee", también realizado por Alemania a principios de siglo XX, consistente en la creación estatal de empresas, las cuales luego son entregadas a los trabajadores a cambio de un pago en cuotas por parte de éstos, con lo cual los obreros se vuelven socios y dueños en conjunto de su propia empresa. Después de todo, todos sabemos que es el Estado quien tiene más poder de gasto y de inversión que los privados mismos, como lo diría Keynes (quien sostenía que en tiempos de dificultades, el Estado debía suplir a los privados, quienes era sabido que no iban a apostar a largo plazo con posibilidad de pérdida).
Con el caso de la educación, ha sido un gran avance la estimulación que las escuelas del interior reciben por parte del Gobierno. Ni hablar de las nuevas universidades que se van armando, lenta pero progresivamente.
Pero eso es algo que contrasta brutalmente con el hecho de la inseguridad que se vive en la escuela, la falta de autoridad total que padecen los docentes debido a la vulnerabilidad de éstos, y la desprotección y desamparo legal que los mismos reciben por parte del Estado (todos sabemos que si un docente, para reprimir un acceso de violencia física de un alumno, usa la fuerza aunque sea reteniendolo y le deja marcas, ese docente se puede considerar despedido y sabe que enfrentará un juicio).
Asistimos a un gran boom en muchas cuestiones, pero también al gobierno de una gran oscuridad; ocultamientos, descalificaciones sistemáticas de los discursos, cierre unilateral de situaciones de diálogo...
La disconformidad no es con las virtudes, ni creo que el caso sea aquél que el filósofo nos trae. Creo, sin dudas, que es debido a la perversidad del Gobierno actual y la no coincidencia entre lo que dice, y lo que hace.
Aris abrir el grifo de la crítca a todo por todo, no tiene sentido, porque la cantidad no cubre incongruencias.
ResponderEliminarAsí por ejemplo tu diagnóstico sobre la política comercial no sólo es exagerado, sino que no guarda relación con lo que ha hecho al gobierno. Francamente darle lecciones de sustitución de importaciones o keynesianismo a este Gobierno es de un cinismo profundo.
Te pido por favor leas nuestros posteos al respecto. Y ceñite a la temática planteada.
Desde ya muchas gracias, y sos bienvenido cuando gustes.