viernes, 30 de diciembre de 2011

CRISIS en la Provincia de SANTA CRUZ



Una provincia que sigue signada por la crisis institucional

Santa Cruz - Casi como un karma, las crisis institucionales vuelven cíclicamente a la provincia natal del fallecido Néstor Kirchner, y donde reporta localía Cristina de Kirchner.

Esas tensiones que marcan el duro historial reciente del distrito patagónico anotan una constante: el de las protestas sociales con gremios y sindicatos a la cabeza que, in crescendo y desmadradas, derivan en rupturas en el Gobierno y nuevas urgencias financieras que profundizan la dependencia de los fondos federales.

El explosivo cóctel -que se potencia con la condición de vidriera nacional que reviste la provincia- termina delineando un círculo vicioso del que aún no logran salir los santacruceños.

A principios de 2006, la muerte del policía Jorge Sayago en una revuelta petrolera en Las Heras terminó por empujar a su renuncia al mandatario justicialista Sergio Acevedo, en el marco de graves cortocircuitos con el por entonces presidente Kirchner, a quien acusaba de digitar los hilos provinciales desde la Casa Rosada.

Recambio

En medio de una profunda crisis social y política, meses después siguió el mismo camino su sucesor, Carlos Sancho, lo cual abrió paso a la designación al frente del Ejecutivo de Peralta, por entonces interventor de Yacimientos Petrolíferos Fiscales.

En 2007 Peralta consiguió ser elegido formalmente en las urnas por la ciudadanía, mientras el pasado 23 de octubre obtuvo su reelección ante el radical Eduardo Costa, aunque por un margen dramáticamente acotado, teniendo en cuenta la raigambre kirchnerista de la provincia.

Ese magro resultado -anticipado ya con la derrota legislativa del Frente para la Victoria en los comicios legislativos de 2009- reflejó el impacto en el votante de dos gestiones marcadas a fuego por las protestas de los combativos gremios locales (con los docentes a la cabeza) y de los movilizados petroleros provinciales.

Algunas postales de tono violento bastan para graficar el derrotero santacruceño de los últimos años, como la arremetida del exfuncionario kirchnerista Daniel Varizat sobre docentes que se movilizaban en 2007 en Río Gallegos, a pocas cuadras de un acto en el Boxing Club que significaba el retorno a la provincia del matrimonio Kirchner -él como presidente-, exiliado tras la escalada de revueltas de 2006.

Choques

También alimentan ese historial los enfrentamientos entre dirigentes de la UOCRA -considerada en algunos círculos locales como la fuerza de choque de Peralta- y los maestros.

Y la irracional perpetuación este año de huelgas de docentes y de petroleros que incluyeron piquetes a la producción de hidrocarburos, lo cual terminó por darle el tiro final a las cuentas de Santa Cruz al registrarse pérdidas millonarias en materia de regalías, entre otros ejes.

Precisamente este último escenario derivó en un muy duro paquete de leyes de ajuste que esta semana envió Peralta, paradójicamente, con currículum de gremialista- a la Legislatura.

Muy lejos de la bonanza que parecía augurar la decisión del por entonces gobernador Kirchner de colocar ahorros de Santa Cruz en el exterior, la estrategia de Peralta desató una nueva oleada de protestas y una nueva crisis política con renuncias y quiebres dentro del oficialismo aún con final abierto.



Santa Cruz quedó envuelta en una crisis

La provincia de Santa Cruz vuelve a verse envuelta en conflictos políticos, sociales y sindicales que le complican el panorama al gobernador Daniel Peralta. Al menos tres ministros además del jefe de la Policía, más un puñado de otros funcionarios de segunda línea, habrían renunciado anoche, en rechazo a una ley de emergencia económica y previsional que el mandatario intentó hacer aprobar en la última sesión del año en la Legislatura local, y a la represión que se abatió sobre los sindicatos estatales que se manifestaron en contra del proyecto, dejando al menos veinte heridos. Así, menos de un mes después de asumir su segundo mandato, Peralta parece haber perdido el sostén de buena parte de esa intrincada telaraña que conforma el kirchnerismo santacruceño. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que postergó hasta hoy el viaje que pensaba hacer ayer a El Calafate para pasar Año Nuevo, no hizo declaraciones al respecto.

El panorama al cierre de esta edición era confuso: mientras el gobernador permanecía encerrado en su residencia, en las calles continuaban los disturbios y los manifestantes llegaron a quemar un patrullero en pleno centro de Río Gallegos. Desde el Ejecutivo local buscaban enfriar los ánimos: el ministro de Economía, Ariel Ivovich, anunció a última hora que hoy se depositarán 500 millones de pesos para hacer frente a los aguinaldos que aún se adeudaban a los empleados públicos; también anunciaron una reunión para esta tarde con la Presidenta en El Calafate, aunque desde la Casa Rosada no confirmaron esa información.

Al menos nueve funcionarios de primera y segunda línea habrían abandonado ayer el gabinete del gobernador, entre ellos el ministro secretario, Francisco Anglesio; el de Producción, Jaime Alvarez, y el de Salud, Hernán Martínez Crespo, quien hasta el 10 de diciembre de este mes fuera el vicegobernador de Peralta. También dieron un paso al costado el jefe de policía de la provincia, Jorge Hassan, y el director de Canal 9 de Santa Cruz, la televisión pública provincial, Martín Hernández. El único que confirmó oficialmente este paso fue Alvarez, aunque en Río Gallegos daban por sentados los otros alejamientos.

Algunas de esas renuncias están relacionadas con el distanciamiento formal de La Cámpora respecto del gobierno. “Los compañeros de La Cámpora que estamos en la gestión provincial hemos decidido retirarnos del gobierno provincial”, había anunciado ayer el legislador Matías Bezi, uno de los referentes de ese espacio, que argumentó estar en desacuerdo “con las condiciones en las cuales se prevé que seguirá la situación”, en que “existe un esquema de un espacio político” en el que no se sienten incluidos y, principalmente, en que el gobierno de Peralta “claramente no está alineado con la Casa Rosada”. Aunque no se confirmó, un grupo de siete u ocho legisladores cercanos a la agrupación podrían abandonar la bancada oficialista y hacer un bloque aparte.

La ley de la discordia

“Superación de la situación económica y reordenamiento del Estado” es el nombre que lleva el proyecto que ayer intentó tratar el Poder Legislativo santacruceño por iniciativa del gobernador Peralta y que ahora se encuentra “suspendido indefinidamente”, según fuentes oficiales de Río Gallegos. Allí proponen la declaración de emergencia económica, lo que abre la puerta a una reforma previsional que eleva la edad jubilatoria, altera el 82 por ciento móvil que rige en esa provincia y elimina la mayoría de los privilegios que la destacaban respecto de la legislación nacional. También se suspenden las negociaciones paritarias y se establece el pago a proveedores con bonos a cuatro años.

La medida había sido anunciada por Peralta el martes, en una cadena provincial. En esa ocasión, el mandatario había adjudicado los problemas en las arcas provinciales a los paros del sector petrolero que sufrió en los últimos años. El sindicalismo reaccionó tanto a la medida de fondo como a estas acusaciones: así, la CTA de Santa Cruz, a través de su secretario general, Alejandro Garzón, advirtió que van a “pedir la renuncia” de los funcionarios involucrados en el ajuste y la represión, y le recriminó al gobernador por “echarles la culpa siempre a los trabajadores” ante los problemas financieros.

Bezi, de La Cámpora, atacó en cambio tanto a Peralta como a los gremios estatales: “Lo que sucede hoy en la provincia es producto de la gestión sindical que impuso este gobernador, que no encuentra la salida porque no puede sostener un nivel salarial de determinados sectores que no permiten un financiamiento para que la provincia pueda realizar inversiones. Es el responsable de este descalabro”, señaló.

Hoy llegará a la provincia la Presidenta, que pasará el fin de año en El Calafate rodeada de su familia. Fuentes de la gobernación santacruceña confirmaron que Peralta le pedirá una reunión para decidir su futuro. “Lo que haga depende de si ella le da su apoyo o se lo retira: sin su respaldo no tiene mucho sentido que siga en su cargo”, afirman en el entorno del gobernador. En la Casa Rosada no confirmaron ni desmintieron que se realice la reunión. Además de la posibilidad de que asuma el vice o el diputado Mauricio Gómez Bull, quien lo sigue en la línea sucesoria, anoche comenzó a sonar otra posibilidad: que el ministro de Defensa y ex gobernador de Santa Cruz, Arturo Puricelli, encabece una intervención hasta que se regularice la situación.

FUENTE: www.ambito.com - www.pagina12.com.ar

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